Cuando la noche es vida, la mañana es mera cama que nos sirve para descansar de sagres ingeridas. Desde que acabé los examenes he estado más estresado de lo normal debido a grandes cantidades de noches vividas. Comenzando por Coimbra, donde populan gentes capaces de beber su peso en chupitos, hasta Lisboa donde compañeros exportan el botellón a plazas de la capital. Ya no se recuerda en Aveiro cuando (mis compañeros,
SIEMPRE, mis compañeros) eran capaces de desafiar el agua del canal, la autoridad de la policia o los tiestos que el camino les colocaba como obstáculo.
Es lo bueno de acabar los exámenes, de volver a bragança y re-descubrir después de tanto viaje que la Sagres sabe tan bien como siempre. Que los viejos mafiosos del Vitoria siguen pasando papelinas y billetines mientras se celebra una fiesta de disfraces, de cacahuetes, de sombreros o de lo primero que al bueno del jefe se le ocurra. Bueno es, también, tener mentes privilegiadas en Cuenca capaces de idear un disfraz de Pseudo Avestruz/Pollo Hembra y hacerse con un tercer premio que es el único que queríamos (y así se lo dijimos a Antonio dueño del pub Vitoria: "Nosotros queremos el tercer premio, los demás nos da igual"). Y bueno es tener 48 cervezas Sagres, siempre Sagres, en la recámara por si nos falla algún día el dinero.
Así pasa el tiempo. Siempre conociendo y descubriendo: sobre todo restaurantes en medio de la montaña trasmontana donde comer bacalao y posta (filetón, vamos) como si Roma hubiese vuelto y la orgía se revelase en el interior del paladar.
Volvemos a vernos las caras con la escuela. Como siempre, ahora toca currar un poco, pero es menester del buen tiempo que este nos deje también algún momento de placer.
Ya que amigos vienen a visitarme y comparten fiestas, intercambios y jantares reconocen lo vivido mas esperan repetirlo. Ya les había dicho, aprovechad esta pasada semana que en las fiestas de agrícolas todos están presentes: mi profesor de redes, mi profesor de POO y como no el hombre de física, que le falta tiempo para ser el primero en subir el escalón (de la gogotera). Por cierto, le debo una fiesta en León :P
Seguimos informando, Sagres en mano y con el coraje que me da sentir que queda mucho por hacer: un paintball, una carrera de Karts... y también, porqué no, algo de programar :)